La Familia Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Risaralda (OCPR), ha venido creciendo durante sus 10 años de existencia. Esto se debe, a que cada vez más municipios del departamento de Risaralda, se unen como aliados, contribuyendo activamente con sus procesos de formación musical en el área de las cuerdas pulsadas.
Desde su primera temporada, la Orquesta ha estado compuesta por músicos, formadores y estudiantes de los municipios del departamento de Risaralda. En los primeros años de la OCPR, los procesos formativos de los municipios en cuerdas pulsadas contaban con poco tiempo de existencia y poca estructuración, sin embargo, con el paso del tiempo, estos procesos han ido creciendo y fortaleciéndose, instaurando bases sólidas en el campo de cuerdas pulsadas en todo el departamento. Es por ello, que queremos reconocer por este medio, a los municipios y sus organizaciones, que con tanto esfuerzo y pasión, han logrado sacar adelante estos procesos educativos, destacando tanto a nivel departamental, como nacional con formatos musicales donde los protagonistas son las bandolas, los tiples y las guitarras.
Iniciamos con Apia, uno de los municipios con mayor participación en las temporadas de la OCPR, y que además ha creado historia en el departamento con su liderazgo musical por medio de la corporación Comarca, a través de la consolidación de otros sectores musicales como los son las bandas de viento, coros, entre otros. Allí enseguida podemos encontrar al municipio de Santuario, quien se ha caracterizado por llevar a la Orquesta un ambiente familiar y de nobleza por medio de sus estudiantes y docentes, lo que ha permitido no solo enriquecer al sector musical, sino también al valor humano que se vive en este espacio.
Balboa no puede faltar en este listado, quien, a pesar de ser un pueblo pequeño en el sector urbano, ha demostrado un notable liderazgo musical, así como una destacada gestión y compromiso en la familia de la Orquesta a través de su Encuentro Departamental de Cuerdas Pulsadas. Este espacio se ha convertido en una importante plataforma para dar a conocer a las nuevas generaciones de intérpretes del tiple, la guitarra y la bandola; asimismo, se destaca el municipio de Quinchía, que ha incursionado en la realización de encuentros significativos en el área de cuerdas pulsadas, haciendo un gran aporte desde su conocimiento en gestión y experiencia en formación al sector.
Municipios como Santa Rosa, Dosqubradas, Belén, Guática, Pueblo Rico, La Celia, Marsella, Mistrató y la Virginia se han comprometido con sus procesos y han hecho grandes esfuerzos formativos para participar en la OCPR. Aunque no es una tarea fácil, han logrado vincularse y a la vez liderar las iniciativas para conformar y consolidar procesos de cuerdas pulsadas en todo el departamento de Risaralda.
Finalmente, debemos hablar de un integrante fundamental que, gracias a su experiencia, disposición y gestión en las cuerdas, fue la cuna donde nació La Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Risaralda. Quien además, ha aportado todo el potencial humano necesario para guiar este lindo proceso que se ha vuelto pionero a nivel nacional, sirviendo como base fundamental para la creación de otras agrupaciones de igual formato en todo el país. Se trata de la ciudad de Pereira, que, gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura y la Universidad Tecnológica de Pereira, ha consolidado los procesos de la OCPR durante estos 10 años.
Todo lo mencionado anteriormente, no solo resalta el talento y dedicación de los músicos, estudiantes y formadores del departamento de Risaralda, sino que también el continuo compromiso de la comunidad y las instituciones locales para fomentar el desarrollo del área de cuerdas pulsadas en la región. A medida que la Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Risaralda sigue creciendo y evolucionando, su influencia continuará inspirando a nuevas generaciones de músicos y fortalecerá el tejido musical de Risaralda. El futuro promete nuevas oportunidades y desafíos que, sin duda, consolidarán aún más el legado musical de Risaralda, destacándonos no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional.
Por: Jarrison Mejia Valencia e Indira Tobón Gonzalez